jueves, 3 de abril de 2014

Ayer conocí a dos hermanos: Theo y Vincent

Mi querido Theo:

Y es la conciencia de que nada (salvo la enfermedad) puede quitarme esta fuerza que ahora empieza a desarrollarse, es esa conciencia la que me hace considerar el porvenir con valor, y me lleva a soportar en el presente muchos malos ratos. En fin, sea lo que sea, quiero, a cualquier precio, marchar adelante, quiero ser yo mismo. Es porque siento obstinación en mí, y porque estoy encima de lo que la gente pueda decir de mí o de mi obra.

Desde el momento que nos esforzamos por vivir sinceramente, todo marchará muy bien, aún si hemos de sufrir inevitablemente sinceros pesares y verdaderas desilusiones; probablemente cometeremos también graves faltas y malas acciones, pero es cierto que más vale tener espíritu ardiente, aún si se han de cometer faltas, que ser mezquino y demasiado prudente.

Es bueno amar todo lo posible, pues en eso reside la ver
dadera fuerza, y el que ama mucho realiza grandes cosas y es capaz de realizarse, y lo que se hace por amor está bien hecho. Si se pronunciaran solamente unas cuentas palabras, que tuvieran un sentido, se haría mejor que pronunciar muchas que sólo fueran sonidos huecos y que podrían pronunciarse con tanta mayor facilidad cuanta escasa utilidad tuvieran.

Si se sigue amando sinceramente lo que es, de verdad, digno de amor, y si no se derrocha el amor en cosas insignificantes, y nulas, e insípidas, se logrará poco a poco más luz y uno se hará más fuerte.

Hasta muy pronto y un buen apretón de manos. Todo tuyo,

Vincent