Por los derechos de los animales.

Pensar en la capacidad de desprendimiento, de irresponsabilidad y de horror que poseen algunos-muchos seres humanos contra los animales, es pensar en nuestra realidad.
Hablo de desprendimiento, de irresponsabilidad y de horror porque basta caminar en cualquier calle, de cualquier ciudad, para percatarnos del abandono de mascotas. Sabemos que la mayoría de los animales que vemos en la calle, perros, gatos, han sido abandonados, han sido olvidados. Resulta tan indignante como desconcertante, ¿qué motiva al ser humano a tener, adoptar, cuidar y alimentar a una mascota de momento y luego, al pasar el tiempo, abandonarla? No lo sé, yo no lo sé y reconozco que no podré saberlo. Tener una mascota y después abandonarla, dejándola completamente indefensa y sobre todo, dejándola a sabiendas de que aquella mascota que hoy estas abandonando, no conoce nada más que la lealtad que te ha tenido y que aun con tu abandono, te tendrá.
Nada puede motivar una acción así, es urgente que nos unamos y seamos un solo ser vivo.

¡Por los derechos de los animales!
Y porque aquellos que abandonan y maltratan a un animal sean castigados.
Es alarmante pensar que los animales son muy resistentes al dolor y que el ser humano que abandona, golpea y lucra con un animal lo sabe y no le importa. Cuando abandonas o maltratas a un animal, te has abandonado y maltratado a ti mismo, estás muerto. Tu calidad humana colapsa desde el primer indicio de poder, maltrato y abandono que tienes sobre otro ser vivo. Lo más terrible es saber que tú, el mismo que ya colapso, tenga hijos, sea hijo, tenga hermanos, sea hermano o amigo. Aún así, no serás nada de eso. Nunca podrás ser un SER COMPLETO, UN SER HUMANO.

No te abandones, no de desprecies, no te maltrates. No abandones a tu mascota. No maltrates a ningún ser vivo.