martes, 14 de septiembre de 2010

S. me hace releer-me/retomar-me.

“Los animales no tienen consciencia, por consiguiente… Por consiguiente ¿qué? ¿Por consiguiente tenemos entera libertad para utilizarlos en provecho de nuestros fines? ¿Por consiguiente somos libres de matarlos? ¿Por qué? ¿qué tiene de especial la forma de consciencia que reconocemos para que matar a quien la tenga sea ... un delito mientras que matar a un animal no merezca castigo alguno?”
J.M. Coetzee

Apoyando la postura de Coetzee un escritor italiano sugirió una propuesta de ley: cualquiera que quiera comer un animal puede hacerlo, pero con una condición: matar él mismo el animal que comerá. “Mate su pollo, su liebre, su pavo; vea correr la sangre, sienta cómo tiembla el cuerpo y cómo se agitan las plumas mientras lo mata. Después cómaselo. ‎¿Y si alguien en vez de pollo o liebre o pavo o conejo prefiere un buen bife? "Bien: hágase el cálculo de cuánto pesa una vaca y de cuánto pesa un bife; calcúlese cuántos bifes deben ser comidos para llegar al peso de una vaca, y después de cien, o mil bifes, que quien los ha comido sea obligado (por ley) a matar su vaca con las propias manos".



"Puede llegar el día en que el resto de la creación animal adquiera esos derechos que nunca se le podrían haber negado de no ser por la acción de la tiranía. Los franceses han descubierto ya que la negrura de la piel no es razón para abandonar sin remedio a un ser humano al capricho de quien le atormenta. Puede que llegue un día en que el número de piernas, la vellosidad de la piel o la terminación del os sacrum sean razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible al mismo destino. ¿Qué otra cosa es la que podría trazar la línea infranqueable? ¿Es
la facultad de la razón, o acaso la facultad del discurso? Un caballo o un perro adulto es sin comparación un animal más racional, y también más sociable, que una criatura humana de un día, una semana o incluso un mes. Pero, aun suponiendo que no fuera así, ¿qué nos esclarecería? No debemos preguntarnos: ¿pueden razonar? , ni tampoco: ¿pueden hablar?, sino: ¿pueden sufrir?."


Bentham

2 comentarios:

Stalker dijo...

D:

estamos en ello, sin claudicar, haciendo lo poquito que nos dejan, buscando la grieta desde la que de-tonar el sistema del exterminio masivo, la máquina infernal; de-tonar y des-entonar, porque esa canción nos quiere desafinados, erguidos, marginales: sólo desde una periferia difusa podremos asaltar el centro del tótem y aniquilar la tortura y el exterminio en su raíz.

Me alegra saberte en esta lucha. La llamo así, con esas letras, porque lo es:

hay que continuar, vigilar, conservar la cólera contra ese maltrato y esa denegación.

un abrazo

Unknown dijo...

Me encanta saberte en ello. Disfruté mucho lo que publicaste, aprendí y retomé. Eso es lo mejor de todo. Cada que te leo me recuerdo y me retorno a mí desde la (tu) "periferia"