domingo, 24 de octubre de 2010

eS inevitable no citar-te

D.:

tus palabras entran y vibran en este unísono, esta espera, esta extraña ternura y esta forma silenciosa (de-mudada) de advenir o crecer, de invocar y conjurar, hacerse poroso y estar(se) creciendo.

Así las acojo: como un regalo que se ahondará en raicillas en este instante, e iluminará otros, después, cuando las palabras nos desborden en tumulto y todo adentro y todo afuera queden ocluidos, tapiados, vencidos por el alud semántico y haya que inventar unos huecos (letras) de orfandad que habitar, por un tiempo, mientras reinventamos un mundo o una fuga:

nos haremos música en la intemperie,

y la espera se nos alzará en regazo

abrazo

1 comentario:

Stalker dijo...

Gracias a ti, D, por la delicadeza, la escucha, el regazo, los animales, la letra que entra y cura...