Luego entro, los ojos
chorreando esa luz de infinito,
y es cuando necesito
un perro, un bastón, una mano, una fe.
Y tú pasas tocando
el frío con suave silencio,
y ciego te sentencio
a que nombres todo lo que ahora no sé.
¿Quién me ha robado el mes de abril?
domingo, 3 de abril de 2011
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