sábado, 28 de mayo de 2011

Un hombre que no usa las mayúsculas.

no sé bien lo que digo porque no te conozco bien pero a veces siento que sientes tanto por tantas cosas que, como un autista, te clavas sólo en una de ellas: en tu causa. en los otros animales. pero no sé si te das permiso de enamorarte, de ser más bestia, precisamente. de perder por momentos el control. no sé.

cuando te conocí me quedé frío.

¿alguna vez te ha pasado que conoces a alguien y dices "no puede ser. esta persona tiene todo lo que he estado buscando, incluyendo sus debilidades"?

bueno. a mí me pasó contigo. pero por muy lobo que sea, eres mucho más fiera tú. y me intimidaste enormidades.

me sentí débil. eso me hizo pensar que

a) eres muy fuerte. y que

b) no siempre te hace falta ser tan fuerte.

Eso es intenso

muy

por un momento, la noche que te conocí estuve a punto de entrar al campo de batalla y casi intentar que en algún momento te dieras cuenta de eso: "soy fuerte. muy. pero a lo mejor puedo dejarme caer un poco en alguien. al menos a veces."

pero no pude. yo no pude.

¿Y no podrás nunca?

así es como pasa con estas preguntas. y no te va a gustar porque esa pregunta te la tenemos que preguntar a ti: ¿y yo no podría nunca contigo?

las razones por las que me gustas se han vuelto otras desde que supe de ti.

primero me gustaste como personaje.

luego vi tus fotos. y me gustaste.

luego te leí. y me gustaste.

luego te vi brincando en frente de una pantallota como loca. y me gustaste.

luego te escuché profuuundamente. y me gustaste.

luego vi tu trabajo y tu intensísimo amor por tu causa y me gustaste.

no deja de cambiar la razón por la que me gustas. nunca pasa eso.


Me hiciste sentir una guayaba,

como un pájaro con cuatro alas, dos en cada tobillo, azules y verdes.

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