6:00a.m.
Olía a tierra mojada, en el ipod tocaba Agnes Obel, hacía calor y comencé mi caminata. Corrí los kilómetros de siempre y cuando el ipod se volvió caprichoso y apareció Vetiver yo me detuve a respirar profundo y cuando miré hacia atrás, estaba ella: mirándome. No supe desde dónde me había seguido, respiraba profundo, (como yo),
como cuando se agita el cuerpo y el corazón.
Gala
Encontré su casa. No la querían más.
sábado, 18 de junio de 2011
D-es-encuentros
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