viernes, 1 de julio de 2011

"Y mi vida es ese pájaro pegado al cable de alta tensión, después de la descarga".


2 comentarios:

Stalker dijo...

Los ojos amarillos de los pumas ya se han acostumbrado a mi presencia.
Inmóvil y delgado, ha adquirido mi cuerpo
el tono y la frescura de las enredaderas.
El silencio -un silencio oscuro y pleno- se esparce como la brisa, prepara
el alba. La hembra está de parto,
el macho está muriendo.
Dos jabalinas en su flanco, raíces que se hunden, profundas, en la tierra.
Su cuerpo, apenas árbol, ya casi florece.
Tan cerca estoy del animal que puedo sentir su aliento
sobre mi piel desnuda.
Yo, sombra entre las sombras, secreta y dúctil como el fuego que arde dentro de las rocas,
asisto al nacimiento del cachorro.
Las nubes se desplazan lentamente
y el agua de la luna penetra bajo el enramado tibio del cobijo.
El bosque es una enorme esmeralda.
En su centro,
la hembra rasga con su lengua
el velo de la muerte:
mientras lame sobre la cría la sangre de su propio cuerpo,
lame también la sangre coagulada en la herida del macho que a su lado agoniza.
Yo, sombra entre las sombras,
uno mi lengua a la de la hembra puma.
Desde mi cabellera resbalan gotas de rocío
sobre el pelaje oscuro de las fieras.
La sangre sabe a cieno, a parto inextinguible, a nacimiento eterno.

Se multiplica el universo en mi boca.


Chantal Maillard, "Hainuwele"

Anónimo dijo...

El mundo entre nuestras imágenes quedó,
detenido. Suspendido...

Hay una imagen para ti, en el espacio azul.

R.