miércoles, 14 de diciembre de 2011

Gerundio: Ando leyendo a S.

"en Occidente necesitamos principios sólidos, verdades absolutas a las que aferrarnos para asegurar nuestra precaria realidad psicológica y social; para eso hemos inventado una metafísica de la presencia, dotada de conceptos absolutos que encuentran su traducción en poemas, libros de filosofía y ética, incluso en el habla cotidiana. Somos incapaces de vivir en un mundo sin esencias, y aquí es donde el viejo platonismo nos ha dotado de una batería de conceptos que actúan como cortafuegos profiláctico entre lo que somos -esa amalgama difusa de sentimiento y pensamientos- y la vertiginosa realidad. Desprovistos de conceptos, toca asomarse, desnudos, al vértigo del acontecer, a esa infinitud que nos hablaría entonces sin mediaciones. El con-tacto sería ahí posible, pero nos obstinamos en negarlo: preferimos habitar la seguridad de las esencias, de las grandes mayúsculas filosóficas, de la Luz y la Transparencia de tantos poetas que se refugian en un esclerótico lenguaje último para cortocircuitar, precisamente, ese acceso a la nervadura descarnada de lo vivo y blindar así nuestro arraigado etnocentrismo".

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