viernes, 30 de diciembre de 2011

Razones

¿A caso hay alguien que diga corazón
sin liberar una ansiedad de perros iracundos?
¿que invoque un ademán de rompimiento
a través de la niebla inquietante de las circunstancias?

Horas sucias en que los gatos lloran la agonía
de los que deambulan en lo interminable de la calle.
*
Ya sea el cable en su lenguaje
de interminencias subconscientes
de códigos de materia inexplicable
o su recurso de distancia
de urgimiento en el llamado

Extención de oraciones inválidas
en la insensatez de la imagen próxima
telegrafía específica de lo ajeno
de todo aquello que no puedo hablarte
ante el signo equívoco de las cosas
desfasadas

del ámbito interno
de un autismo involuntario
de un desastre no calculado
tras el ruido basal de los crepúsculos
palabrería tan confusa
como una lluvia de electrones
o frecuencia aleatoria de señales
que no ocurrieron ni ocurrirán jamás

*
Romperse por dentro
contra los litorales recónditos de la conciencia
balbuceo incoherente
a tientas sobre la adivinanza indescifrable
en que el reflejo es
una transparencia momentánea
de aquello escondido para sí
de aquello que quisiera tocarse apenas un momento.

*
Lo que de realidad nos es ajeno
como un ave de presa
en pleno vértigo nos asalta

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