lunes, 5 de diciembre de 2011

...y de qué forma me entero que su papá es criador...

y no fue por el homónimo (chale)

Comprar un animal para destinarlo a compañía de humanos supone tratarlo como un recurso a nuestra disposición. Además, implica la muerte de otro animal que podría ser adoptado de un refugio o perrera.

No hay argumento para el que compra, (ni hablar del que vende) más que el de puro capricho de poseer algo que se valora por precio, belleza o exotismo lejos del acto compasivo del humano que se acerca con el corazón y la razón, a rescatar otro ser.

No hay comentarios: