viernes, 26 de julio de 2013

Un soplo de vida: Clarice Lispector

"Esto no es un lamento, es un grito de ave rapaz. Irisada e intranquila. El beso en el rostro muerto.
Yo escribo como si fuera para salvar la vida de alguien. Probablemente mi propia vida. Vivir es una especie de locura que la muerte hace. Vivan los muertos porque en ellos vivimos.
De repente las cosas ya no necesitan tener sentido. Me satisfago en ser. ¿Tú eres? Estoy seguro de que sí. El sin sentido de las cosas me produce una sonrisa de complacencia. Sin duda todo debe estar siendo lo que es.
Hoy es un día de nada. Hoy es hora cero. ¿Existe acaso un número que no es nada? ¿Qué es menos de cero?, ¿qué empieza en lo que nunca empezó porque siempre era? ¿Y era antes de siempre? Me ato a esta ausencia vital y rejuvenezco por entero, al mismo tiempo contenido y total. Redondo es el inicio y sin fin, yo soy el punto antes del cero y el punto final. Del cero al infinito voy caminando sin parar. Pero al mismo tiempo todo es tan fugaz. Yo siempre fui e inmediatamente ya no era. El día corre fuera a la deriva y hay abismos de silencio en mí. La sombra de mi alma es el cuerpo. El cuerpo es la sombra de mi alma. Este libro es mi sombra. Pido permiso para pasar. Me siento culpable cuando no os obedezco. Soy feliz a la hora equivocada. Infeliz cuando todos bailan. Me dijeron que los lisiados se regocijan así como me han dicho que los ciegos se alegran. Es que los infelices se resarcen."

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