domingo, 20 de agosto de 2017

Yo lo que tengo es recuerdo.

Meses sin pasar por este sitio que ha sido fuga y sublime aniquilación de des-encuentros. Es posible que sea "la sensación de domingo" por la noche la que me tiene aquí sin prisa. Aunque desde que murió H y después G y después M la "sensación de domingo", esa en la que te despides y todo pasa más lento y quisieras detener el instante último y hacerlo perdurable, la vivo todos los días desde sus muertes.

H murió un día de julio, hace unos días que lo sueño de forma recurrente. Mezclo imágenes de su adolescencia, de su perfecto cuerpo, de sus ojos morenos, su sonrisa y su necesidad de sentir que me cuidaba pese a los años lejos, todo es amor pero después se mezcla todo, aparecen  las imágenes más horribles que he visto en los mataderos.

Sueño con el vestido morado de G el día de su boda y luego veo a M. sentada en la cama del hospital diciéndome: "No tengo miedo y tú no debes tenerlo tampoco", y algo hay ahora de cierto. No tengo miedo. A mí ya no me habita el miedo, ni el cansancio, ni la más profunda tristeza, ni la iracunda rabia. Me habita el recuerdo. El recuerdo de H y de G. El recuerdo de sus muertes violentas, arrebatadas. El recuerdo de lo mucho que necesito que M esté conmigo. El recuerdo de los otros, de nosotros siendo otros. Yo lo que tengo es recuerdo, "porque corazón ya no tengo", nunca supe jugar a la d-es-memoria y el recuerdo de todo me aniquila las ganas y me vuelvo fuga y silencio. Soledad.

Tengo recuerdo, ya ni siquiera nostalgia de vida,  sólo tengo recuerdo y eso no se lo deseo a nadie.



"Recordarse con nostalgia es como despedirse otra vez."

Clarice Lispector

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