viernes, 30 de julio de 2010

No más circos con animales.




Circos.org es una web de AnimaNaturalis que pretende ser una herramienta de campaña para poner fin a la utilización de animales en los circos, tanto para la actuación como para su exhibición.
Circos.org es también una herramienta para el activista, y para todos aquellos que siempre quisieron protestar ante la llegada de un circo con animales en su ciudad y no sabían cómo.

AnimaNaturalis está trabajando para educar a la sociedad e informar acerca de los abusos y el maltrato que suponen los circos para los animales, y solicitar a su vez a los políticos y autoridades que declaren sus municipios "libres de circos con animales" a través de leyes y ordenanzas.

1. Antes de que el circo llegue:
Trata de cancelar su gira. Contacta los auspiciadores del circos y pregúntales respetuosamente si conocen el tipo de espectáculo que están financiando, escríbeles cartas y enlaza los videos que tenemos en este sitio web. Trata de obtener el apoyo de algún grupo organizado que pueda apoyarte, si no, escribiendo a los auspiciadores y la prensa puedes movilizar a más gente a favor del circo sin animales. Contacta también con los colegios y escuelas de la ciudad, para que no acepten visitas a los circos con animales.

Avísanos: Contacta con AnimaNaturalis para que podamos pensar en la posibilidad de preparar una protesta con antelación.
Entrevistate con los responsables de salud o medio ambiente de tu ayuntamiento o municipio, para asegurarse de que el circo tiene los permisos pertinentes. Úrgelos para monitorear de cerca el estado de los animales, y establecer penas y multas si se violan las leyes de bienestar animal.

2. Mientras el circo está en la ciudad:
Ve donde estén los animales con una cámara. Busca evidencia de abusos físicos y violaciones de las leyes anticrueldad o del más mínimo tratamiento violento (golpes, sangramiento, latigazos, patas, trompas o pezuñas heridas y no tratadas, etc.). La piel del elefante por ejemplo, contrario a lo que se cree, es extremadamente sensible y sangra con facilidad. Busca signos de heridas o maltratos en sus cuerpos: las heridas de ganchos o garfios (que se usan para obligar al animal a moverse hacia determinada dirección o distancia) son comunes detrás y dentro de las orejas, alrededor de la boca o en los cuartos traseros de los animales. Otro punto sensible a las heridas es debajo de la barbilla o en la parte baja de los pies. Pide al entrenador o personal del staff que te muestre detrás de las orejas del animal, y observa en todo el cuerpo por si encuentras este tipo de heridas. Llama al departamento local de medio ambiente o control de animales para verificar la situación legal de los animales del circo y para denunciar posibles lesiones en los animales.

Organiza manifestaciones afuera del circo. Considera siempre alternativas pacíficas, como repartir folletos en las afueras del circo un par de horas antes de que comiencen las funciones, mientras la gente hace cola. También puedes pedir el apoyo de asociaciones animalistas locales, para ejecutar actos más complejos (manifestaciones con cuerpos pintados, disfraces de animales, encadenados, etc.).

Envía notas de prensa a los periódicos, radios y televisiones locales antes de las manifestaciones, para que puedan enviar reporteros a cubrir el acto, y así tener más repercusión y apoyo de la gente local.

Recuerda que puedes contactar con AnimaNaturalis para solicitar apoyo, asesoramiento o incluso para organizar una manifestación o protesta mediática. Circos@animanaturalis.org
Escribe cartas a los directores de periódicos. Es una gran oportunidad para que más gente conozca la dolorosa realidad que se esconde detrás de la alegría y las luces de un circo.

Envía correos electrónicos o mejor aún, cartas por correo postal al alcalde y a todos los partidos del Ayuntamiento de tu ciudad. Incluso puedes presentar una reclamación oficial por escrito, si lo haces a través de una oficina de atención al ciudadano de tu Ayuntamiento. Es gratuito y no te llevará mucho tiempo, y puede que tu queja logre iniciar un debate en el pleno del Ayuntamiento para prohibir los circos con animales en tu municipio!

3. Después que el circo haya actuado:
Trata de averiguar hacia dónde se dirige el circo para dar aviso a los activistas locales. Comienza una campaña de información a los ciudadanos sobre la crueldad de los circos con animales, así como una campaña a nivel municipal para prohibir la futura instalación de circos con animales.

¿De dónde vienen los animales de los circos?
Los animales que actúan en los circos tienen dos vías de origen: o son animales nacidos en cautividad (hijos de animales que también viven en el circo, o comprados a programas legales de cría en cautividad) o son animales secuestrados de su hábitat original por redes ilegales de tráfico de animales.

¿Cómo se obtienen los animales de circo?

Programas de cría en cautividad o compra a zoológicos
Existen programas de cría en cautividad, llevados a cabo por zoológicos o centros de conservación, que se dedican a criar animales de especies salvajes o exóticas bajo condiciones controladas. Ellos son proveedores de animales para circos y otros zoológicos.

Tráfico de especies protegidas
Ésta es una manera bastante común de conseguir animales para los circos. El tráfico ilegal de animales es un negocio rentable que mueve aproximadamente 6 billones de dólares anualmente, según la Wildlife Conservation Society (WCS).

Cuando los animales provienen del comercio ilegal, son capturados por cazadores furtivos, que secuestran generalmente a las crías tras matar a parte de su grupo familiar. Estos indefensos animales deben soportar condiciones durísimas desde su captura, hasta las condiciones de transporte en que viajan cientos y miles de kilómetros hasta llegar a su destino final, que si no es la muerte en la ruta, es el confinamiento de por vida en el circo.

Existen circos en todo el mundo que, tras revisiones policiales, han visto confiscados sus animales por no cumplir con los documentos oficiales reglamentarios. El tráfico de animales es uno de los enemigos de la biodiversidad, y promueve un negocio sucio que hace presa de los animales silvestres, especialmente en países pobres o en vías de desarrollo.

Los circos usan una gran cantidad de animales: salvajes como tigres, leones, leopardos, elefantes africanos y asiáticos, aves, leones marinos, canguros, focas, monos, chimpancés, etc. y animales domésticos como pollos, gallinas, gansos, perros, gatos, caballos, ovejas, cabras, etc.

Estos animales están en los circos para ejecutar números "artísticos" o de entretenimiento, en los que aprovechando sus capacidades y habilidades naturales, son obligados a ejecutar todo tipo de bailes, saltos, piruetas, coreografías en solitario o con otros animales, etc. La mayoría de estos comportamientos son totalmente antinaturales y ajenos a la especie de animal de que se trata: osos o aves "bailarines", elefantes parados en dos manos, grandes felinos que saltan aros de fuego, cerdos que se lanzan al vacío para caer en una minúscula piscina...

Los animales en los circos viven una vida de dominación, confinamiento y entrenamiento violento. A pesar de que los circos siempre reclaman lo contrario, los entrenadores usan métodos abusivos para entrenar a los animales y así dominarlos por la fuerza para que ejecuten los números. La rutina es el entrenamiento mediante golpes y amedrentamiento de los animales sirviéndose de cuerdas, collares, bozales, mangos eléctricos, látigos y ganchos metálicos, que son herramientas típicas del entrenamiento y actuación de un circo. Esto debe mostrarnos que los animales están siempre siendo obligados a actuar. Ellos no lo hacen porque quieren: lo hacen porque temen los castigos que les darán si no actúan. Algunos garfios y ganchos metálicos están discretamente diseñados para dar golpes eléctricos (llevan unos dispositivos ocultos en la parte que se manipula el bastón), por lo que el público o quien no sea el manipulador del animal no podrá darse cuenta de que lo están electrocutando. Algunos entrenadores, sino todos, suelen decir que utilizan métodos positivos como el refuerzo y las recompensas, pero muchas veces estos se dan también bajo situaciones abusivas: premiar con comida sólo funciona en animales hambrientos, por mencionar un abuso típico de los entrenamientos circenses.

Mientras los animales realizan su número en la pista obedecen las órdenes verbales de los entrenadores sólo porque éstos llevan en su mano, visiblemente, los garfios o látigos. En los entrenamientos ya han aprendido "quién manda" y si desobedecen una orden saben que recibirán un fuerte y doloroso castigo. Se ha visto a entrenadores que, antes de entrar a la pista y fuera de la vista del público, golpean violentamente a los animales como una señal de advertencia para recordales quién es el jefe y asegurar así que los animales ejecuten las rutinas en el show. Existen diversos videos de cámara oculta que denuncian el maltrato y la violencia con que se trata a los animales en los circos. El último fue presentado hace poco por People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), donde se ve a los elefantes de un circo siendo golpeados hasta sangrar con ganchos metálicos. En otra investigación de PETA, se veía cómo los entrenadores disimulaban las heridas de los elefantes con un polvo llamado "Wonder Dust", que tenía coloración similar a la piel de los elefantes.
Agregar un pie de foto
Circos.org es una web de AnimaNaturalis que pretende ser una herramienta de campaña para poner fin a la utilización de animales en los circos, tanto para la actuación como para su exhibición. Circos.org es también una herramienta para el activista, y para todos aquellos que siempre quisieron protestar ante la llegada de un circo con animales en su ciudad y no sabían cómo. AnimaNaturalis está trabajando para educar a la sociedad e informar acerca de los abusos y el maltrato que suponen los circos para los animales, y solicitar a su vez a los políticos y autoridades que declaren sus municipios "libres de circos con animales" a través de leyes y ordenanzas. 1. Antes de que el circo llegue: Trata de cancelar su gira. Contacta los auspiciadores del circos y pregúntales respetuosamente si conocen el tipo de espectáculo que están financiando, escríbeles cartas y enlaza los videos que tenemos en este sitio web. Trata de obtener el apoyo de algún grupo organizado que pueda apoyarte, si no, escribiendo a los auspiciadores y la prensa puedes movilizar a más gente a favor del circo sin animales. Contacta también con los colegios y escuelas de la ciudad, para que no acepten visitas a los circos con animales. Avísanos: Contacta con AnimaNaturalis para que podamos pensar en la posibilidad de preparar una protesta con antelación. Entrevistate con los responsables de salud o medio ambiente de tu ayuntamiento o municipio, para asegurarse de que el circo tiene los permisos pertinentes. Úrgelos para monitorear de cerca el estado de los animales, y establecer penas y multas si se violan las leyes de bienestar animal. 2. Mientras el circo está en la ciudad: Ve donde estén los animales con una cámara. Busca evidencia de abusos físicos y violaciones de las leyes anticrueldad o del más mínimo tratamiento violento (golpes, sangramiento, latigazos, patas, trompas o pezuñas heridas y no tratadas, etc.). La piel del elefante por ejemplo, contrario a lo que se cree, es extremadamente sensible y sangra con facilidad. Busca signos de heridas o maltratos en sus cuerpos: las heridas de ganchos o garfios (que se usan para obligar al animal a moverse hacia determinada dirección o distancia) son comunes detrás y dentro de las orejas, alrededor de la boca o en los cuartos traseros de los animales. Otro punto sensible a las heridas es debajo de la barbilla o en la parte baja de los pies. Pide al entrenador o personal del staff que te muestre detrás de las orejas del animal, y observa en todo el cuerpo por si encuentras este tipo de heridas. Llama al departamento local de medio ambiente o control de animales para verificar la situación legal de los animales del circo y para denunciar posibles lesiones en los animales. Organiza manifestaciones afuera del circo. Considera siempre alternativas pacíficas, como repartir folletos en las afueras del circo un par de horas antes de que comiencen las funciones, mientras la gente hace cola. También puedes pedir el apoyo de asociaciones animalistas locales, para ejecutar actos más complejos (manifestaciones con cuerpos pintados, disfraces de animales, encadenados, etc.). Envía notas de prensa a los periódicos, radios y televisiones locales antes de las manifestaciones, para que puedan enviar reporteros a cubrir el acto, y así tener más repercusión y apoyo de la gente local. Recuerda que puedes contactar con AnimaNaturalis para solicitar apoyo, asesoramiento o incluso para organizar una manifestación o protesta mediática. Circos@animanaturalis.org Escribe cartas a los directores de periódicos. Es una gran oportunidad para que más gente conozca la dolorosa realidad que se esconde detrás de la alegría y las luces de un circo. Envía correos electrónicos o mejor aún, cartas por correo postal al alcalde y a todos los partidos del Ayuntamiento de tu ciudad. Incluso puedes presentar una reclamación oficial por escrito, si lo haces a través de una oficina de atención al ciudadano de tu Ayuntamiento. Es gratuito y no te llevará mucho tiemp, y puede que tu queja logre iniciar un debate en el pleno del Ayuntamiento para prohibir los circos con animales en tu municipio! 3. Después que el circo haya actuado: Trata de averiguar hacia dónde se dirige el circo para dar aviso a los activistas locales. Comienza una campaña de información a los ciudadanos sobre la crueldad de los circos con animales, así como una campaña a nivel municipal para prohibir la futura instalación de circos con animales.

Los circos con animales se vanaglorian de ser espectáculos que enseñan sobre los animales y sobre la vida salvaje a los niños y la comunidad. Sin embargo, observando los hechos, lo único que pueden enseñarnos son cómo maltratar a los animales para humillarlos. Los animales están hechos para vivir en libertad, pero el circo les condena a una vida de confinamiento y les obliga a realizar ridículos espectáculos para entretener a un público, inconsciente o indiferente al sufrimiento de los animales.

Los animales en los circos llevan vidas miserables. Pasan la mayor parte del tiempo encerrados, solos, encadenados entre camiones y jaulas, trasladados de ciudad en ciudad. Su entrenamiento es violento, doloroso y abusivo, escondido de la mirada del público.

Al asistir a estos espectáculos y pagar la entrada, enseñamos a los niños y a los jóvenes la falta de respeto hacia la naturaleza y la dignidad de otros seres vivos, porque les mostramos que es divertido presenciar los actos antinaturales y humillantes que los animales están obligados a hacer, atemorizados por la violencia de sus entrenadores.

El Dr. Melvin E. Levine, profesor de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte y director de Centro Clínico para el Estudio del Desarrollo y el Aprendizaje (EE.UU), advierte de los peligros de llevar a los niños al circo. Levine, como la mayoría de los sicólogos, cree que para los niños es vital aprender la empatía, es decir, la habilidad para ponerse en el lugar de los otros. Un espectáculo en que los animales son forzados a actuar para hacer un show enseña totalmente lo contrario de la empatía. Para Levin "ciertamente, no hay nada más cruel para un niño que sentirse avergonzado por otro frente al grupo de pares. Igualmente devastadora es la práctica de exponer a los animales al ridículo, la risa y la devaluación".

Cuando los niños ven a los animales siendo golpeados, cosificados o humillados y deprivados de su comportamiento natural para la simple diversión de otros, sus mentes impresionables entran en riesgo de desarrollar valores sociales aberrantes. Levine desincentiva a los padres a llevar a los niños a presenciar estos espectáculos, porque en estos lugares los niños aprenden a despreciar "los sentimientos, necesidades y derechos de otros seres vivos".

En la naturaleza, los osos no montan bicicleta, los elefantes no se paran en dos manos y los tigres no saltan por placer a través de aros de fuego. Los animales nunca realizarían estos grotescos espectáculos y maniobras cientos o miles de veces al año sin una constante amenaza de castigo.

Hace algunos decenios, los circos mostraban las "aberraciones de la naturaleza", personas con deformidades físicas o mentales, que eran ridiculizadas y transformadas en objetos de risa y burla de la sociedad. Hemos avanzado un paso y ahora respetamos y fomentamos el bienestar de estas personas, pero aún nos queda mucho por aprender y discernir.

Vestir a los animales con ropas de espectáculo y hacerlos ejecutar actos estúpidos es como arrastrar desde el pasado una pesada roca de insensibilidad y brutalidad.

Además, los circos con animales son amenazas para la seguridad pública: los animales, al llevar una vida de estrés, enfermedad o aburrimiento, pueden atacar al público, escaparse, morder, provocar accidentes de tráfico, etc.

Cuando los circos llegan a cualquier ciudad y pueblo, suelen invitar a los colegios para que miren a los animales expuestos como mercancías en sus jaulas o transportes. Pero cada escuela tiene una directiva o asamblea, más un centro de padres o de apoderados, cuya responsabilidad es establecer las políticas de la escuela y proveer de las mejores herramientas disponibles para lograrlas. Es desde éstas instancias donde se debería discutir qué tipo de educación y valores se mostrará a los niños, y cómo actuaremos para conseguir estos objetivos. Respecto al circo, sería buena una política clara de no visitar estos recintos ambulantes de maltrato animal.

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