miércoles, 29 de septiembre de 2010

“Porque amante que ama a distancia se protege de la separación mediante la metamorfosis del ser amado real en una serie de imágenes, en un fantasma ideático, que pueda ser amado mentalmente o que pueda ser abandonado en el fondo del inconsciente; de una u otra manera, el ser amado, vuelto mente, se transforma en una especulación del amante, en una pura parte de mente, en un filosofema, acaso, una forma menos dolorosa de distancia, un amor que para experimentar hay que acudir no a otra ciudad, no a otro cuerpo, sino que basta hablar con el propio pensamiento, un amor que se ha vuelto sólo palabras.”

Heriberto Yépez, “El Imperio de la Neomemoria”.

1 comentario:

Stalker dijo...

D:

basta hablar con el propio pensamiento, sí, pero... pero aún, pero el aún no basta, ni el extraño y dilatado ahora del pensar que nos mece y circuncida cada instante...

Tenemos un nido de palabras para abrazar al otro, y no nos bastan. El cuerpo cae y no quiere simulacro: quiere negar la ceniza y volver a la llama, quiere arder en el ansia de ser y en el propio vuelco.

Entiendo tan bien este texto, quizá porque lo he sufrido, carne adentro, y ahora quiero desentrañarlo.

Y sé lo que te impulsa a subirlo y a pensar en él, a recorrer todas sus letras. Percibo tu herida y sé que un día tu cuerpo caerá mujer y no dolerá de música, y el círculo se habrá cerrado en tus pasos y tu huella calzará el pie exacto

(un abrazo)