Domingo por la mañana.
En la parada de autobús, esperaba el R-24.
Un señor pintado de canas se me acercó y me pidió la hora.
Respondí que no traía reloj.
Me miró y me dijo: ¿Cuánto tiempo cree que yo tengo?
Pensé: ¿esperando el autobús? ¿en su edad? ¿pidiendo la hora? /
Como tardé en contestar y mi expresión en el rostro reflejaba un poco mi pensamiento, el anciano me contesto: poco, por eso no cargo reloj.
¿Y usté?¿Usté por qué no carga un reloj?
Todavía es joven. Tiene más tiempo que yo, necesita un reloj para saberlo.
domingo, 7 de noviembre de 2010
TIME TRAVELER
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario