Vi un círculo de vientre sobre la abrumada existencia.
Las etapas de su circularidad.
Parecida, siempre parecida a lo uno.
Conocí por fin la dualidad.
Supe del pulso ausente de tiempo.
Sentí el tedio de los otros disfrazado del mío.
Respiré las mismas nostalgias que respira el fechador: como cuando se tiene conciencia.
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