Es que la letra de infinitos plurales me deletrea las nostalgias y hace que la vida se me pluralice y me ( D) vuelvan las ganas al borde, a lo que puedo intentar desbordar:
mi propia extrañeza
extrañeza
de una letra extraña-da-mente
entra(ñable)
"Algunos preferimos el barro en los pies y la demolición de las mayúsculas, la ausencia de un dictado moral permanente sobre nuestras vidas".
lunes, 21 de noviembre de 2011
D. cuando ando citando a S.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario