domingo, 1 de diciembre de 2013

Letras que curan mi corazón irreparable-mente fragmentado

"No puedo ni imaginar como estás. Por eso me he refugiado estos días en la distancia, con la torpeza de quien aún siente que para las cosas más duras me falta lo más básico: conocerte. En el sentido estrictamente físico, ya que en otros hace tiempo que nos hemos averiguado. 

Me pregunto como estarán los pájaros que te anidan en el adentro y si habrás conseguido levantar el vuelo con el calor de la familia. No sabría separar los dedos y formar con las puntas, el hueco que se te ha roto, la brecha que en ti, ahora hace fronteras. Por lo que tampoco puedo andar pensando en arquitecturas y diseños de puentes invisibles para los extremos desdibujados de la vida.

Ya sabes como va esto del verbo y de lo paraverbal y la dimensión de lo visible. ¿Cómo hago para que el trasvase de energía sea efectivo? ¿Cómo para que pueda llenarte de algo de esperanza e inundarme con tu vacío? Que entre dos, en lo colectivo, las penas son más endebles.

Yo quiero empujar los continentes y echar raíces en tu pelo. Abandonar el imaginario del olor que desprendes e impregnarme de la tonalidad y color de tu risa. Hacer que el dolor sordo no se instale, a base de besos.

Quiero lo que quiero que siempre fui caprichosa, pero sin duda esto hoy, no va de mi. Va de D-espropósitos D-esvencijados. De D-oradas D-alias y D-ías para D-isfrutarte.

Así que no me digas que. Dime como".

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