jueves, 30 de septiembre de 2010

Crónicas de Doña Guillermina Anaya.

Para contar la historia de Doña Guillermina Anaya tendríamos que redefinir la historia de la mujer que en sí misma es otra y muchas, dueña de toda sensación que la rodea, mujer necesaria y refutada por los otros que encamina, ama y desmerita logros y cariños. Doña Guillermina Anaya acumula vivencias, sabe poner altares, tapetes y espinas. Sabe rezar y deletrear dolores ajenos, cuando murió su madre, Jesusita García, a la edad de 86 años, en el lecho de muerte, no la dejaba ir. Gritaba cada que su madre intentaba dar su último suspiro. No había llanto, sólo un imperativo: ¡Mamacita, usted todavía no se va!, asumiendo que se la llevaría la muerte o Dios cuando ella así lo decidiera. Tener la certeza de controlar y ser dueña de los suspiros de quienes nos rodean es una presunción que Doña Guillermina Anaya sabe y disfruta.

Cuando murió Jesusita García, yo tenía 10 años y recuerdo la imagen como si fuera de las pocas y únicas vivencias que marcaron mi infancia. Hay mujeres en la vida de otras mujeres que inician existencias, existencias que desbaratan y controlan, que encaminan y proyectan. Mujeres con la capacidad de delimitar emociones y monitorear cada acción incompetente ante ellas.

Esa noche de agosto, mientras Jesusita García se volvía un roble dentro de su alcoba, Doña Guillermina Anaya preparaba atole de avena. Me ordenó avisar sobre la muerte de su madre. Salí, acompañada de mi hermana. Ambas guardábamos un asustado silencio, más que por nuestro primer acercamiento a la muerte, nos asustaba y preocupa Doña Guillermina, su dolor la haría distinta. Pensábamos en su dolor y en la falta de llanto; en lo que nos pasaría al regresar, pensábamos en el atole de avena, en las órdenes, en la muerte, en un cadáver de roble, en la calle de noche, en tragar saliva y dar la noticia. ¿Qué torbellino sería nuevamente Doña Guillermina después de haber perdido a su madre? Ninguna decía nada pero nos conocíamos tan bien desde entonces que sólo nos tomamos de la mano y acatamos las órdenes. Caminando llegamos a cada casa, en el orden que ella lo indicó, diciendo lo que exactamente pidió que se dijera. Siempre tuve la impresión de que si no seguía sus ordenes al pie de la letra, de alguna manera lo sabría. Ella sabía todo, lo suponía todo, lo adivinaba todo, así que seguí sus indicaciones de la mano de mi hermana.

Cuando la primera mujer de una casa se reconoce así misma como el único engranaje para que el tiempo siempre esté a su favor, toda sensación suele ir más aprisa pero se percibe desde dentro muy lentamente. Doña Guillermina siempre ha tenido prisa de llegar a ningún lado, va moldeando cada paso para que la próxima iniciación de tiempo sea para ella y para nadie más. Se quita la edad y envidia el proceder de la juventud y la belleza. Pensar en ella es como detener y al mismo tiempo adelantar el pasado. Su fortaleza es rústica y auténtica. No sucumbe ante ninguna opinión. Habita nuestros pensamientos y nos conflictua el afecto. Es madre de siete hijos y mujer arrepentida de no haber sido madre de alguien más. Han pasado los años y yo sigo viéndola hacia arriba. Ella aniquiló mi iniciativa y mi necesidad de demostrarle afecto desde los 6 años. Sólo una vez se supo enamorada, a los 14 años conoció a Noé, un chico de cabello rizado y ojos chinos. Sé esa historia de memoria, cuando la cuenta es como si por unos instantes el alma se le ablandara y acudiera a aquél pasado que tanto anhela y que al retornarla a la realidad, se redescubre miserable e inconforme; siempre piensa que pudo ser de otra forma, que merecía otra cosa, que todo en su vida fue circunstancial. Doña Guillermina nunca ha aceptado el hecho de que al decidir asumimos también la responsabilidad de una vida o muchas. No habla del futuro. El presente es lo único que atraviesa su visión y su intelecto. El pasado es presente en ella. Al rememorar se transporta. Se sustrae a un pasado que convierte en una sensación presente. Revive sueños, deseos, odios, envidias y corajes. Todo lo que vivió es también el ahora. El presente es su pasado inconcluso.

Para contar la historia de Doña Guillermina Anaya tendría que redefinirme y confesar que mi pasado me impide llamarla y sentirla mi Abuela.


Pozo sin fondo

Cuando hace frío en el hueco del alma, todo se nos llena más despacio, todo aquello que es conciencia y experiencia es un pozo sin fondo. Doña Guillermina Anaya sin sospecharlo nos ha heredado esa percepción de sentirla y sentirnos con ella “hoyo sin fondo”. Mi primera sensación de saberme “hoyo sin fondo” fue cuando la escuché rezar.
Para mi abuela nada es suficiente, todo puede y debe ser más, no mejor, sólo más y más.
No era suficiente rezarle a Dios, no era suficiente ser buen hijo, buen padre, buen nieto, honesto y feliz. Habría que subir de rodillas el empedrado camino de la iglesia, entrar con las rodillas peladas hasta llegar al altar, donde particularmente, en esa iglesia, sentías un escalofrío intrínseco desde que sabías existía, recuerdo que tan sólo pensar en la sola existencia de esa iglesia me erizaba la piel. Y ahí estábamos, los nietos de Doña Guillermina Anaya, subiendo el empedrado camino entre risas, miedo, y piel erizada. Dios en ese tiempo para mí, era Doña Guillermina Anaya, se manifestaba a través de ella, de nosotros con ella. De sus sabias sentencias y castigos. Saber a alguien “hoyo sin fondo” no permite cerrar heridas, no permite dar, no permite retornar. Saber a alguien “hoyo sin fondo” es la prueba de que Dios existe. Doña Guillermina Anaya tiene y vive en un fondo de sensaciones iracundas, pensamientos tan arraigados y arrastrados que le impiden saber disfrutar. La vida le debe, el mismo Dios le debe, sus hijos le deben, sus nietos le deben, su difunto marido le quedo a deber.

Es así como nada le resulta suficiente. Nada auténtico ni mucho menos amoroso. Pero ella ama a sus hijos, sin duda, ama a sus nietos. Pero como es “hoyo sin fondo” esos hijos y esos nietos siempre le resultarán insuficientes, debimos ser otros nietos, mi madre debió ser otra hija, Dios debió ser otro Dios. Un Dios capaz de reconocerle sus sacrificios y necesidades. Dios es el gran “hoyo sin fondo”.

Todo en Doña Guillermina es un precipicio. Es una sensación de puente colgante. Yo, al hablar de ella me sé “pozo sin fondo.”


Casi muerta

Cuando la más pequeña de las nietas de Doña Guillermina Anaya conoció el dolor y la tragedia, todos sentimos sucumbir, como si el tiempo se hubiera detenido en ese sólo instante de la infancia.

La primera tragedia la recuerdo un tanto borrosa, no la presencié, sólo escuché la noticia: “Mi Nanis está en coma” gritó Doña Guillermina Anaya tomándonos del brazo a mi hermana y a mí y en un imperativo de cuerpo, así como un golpe al corazón nos hizo arrodillarnos frente al altar de la sala verde, estaba una imagen de la virgen de Guadalupe y un Cristo clavado. Mi hermana y yo quedamos en una pausa prolongada, ambas sabíamos algunos rezos pero no podíamos pronunciar palabra. Doña Guillermina en medio de nosotros comenzó a rezar. Yo volteaba a verla, como siempre, hacia arriba, veía mover sus labios pero no lograba escuchar lo que decía. Yo sólo pensaba en Nanis; en que no podía llorar; en que no me permitirían llorar para no dejar de rezar; pensaba en que todo era una mentira; en que Doña Guillermina jugaba con nosotras para que rezáramos, que sólo así rezaríamos, pero todo iba resultando muy enserio. ¡La Nanis estaba casi muerta!, eso era el “estar en coma” para los nietos de Doña Guillermina Anaya: casi muerta.

Cuando la más pequeña de los nietos de Doña Guillermina despertó, se hablaba de un “milagro.”Otra vez subimos el empedrado camino hacia la iglesia de rodillas para agradecer el milagro, ninguno de nosotros entendía bien de qué se trataba el milagro pero permanecimos a lado de Doña Guillermina Anaya todo el tiempo, nos decía que entre más rezáramos La Nanis se salvaría, a todas horas debíamos rezar. En ese tiempo podría decir que a todos nos invadió una tristeza, en mi caso, se acrecentaba cuando llegábamos a la iglesia y nuevamente no podía rezar, yo quería llorar. Extrañaba tanto a la Nanis, pero llorar ante los ojos de Doña Guillermina Anaya sería imperdonable. Conocimos por primera vez el sentimiento de culpa. Nos sentíamos culpables de no saber rezar adecuadamente, si no rezábamos la Nanis moriría.

La segunda tragedia fue cuando la Nanis dejó el hospital y logramos verla, queríamos abrazarla, jugar, pero no nos dejaban acercarnos. Vimos sus bracitos picados y morados a causa del suero y el medicamento. También vimos su limpia sonrisa, la Nanis había vuelto a la vida después de estar casi muerta y quería un helado, todos queríamos un helado, Doña Guillermina Anaya quería un helado. ¡Hay que celebrar el milagro! pronunció Doña Guillermina Anaya. Al cruzar la calle, en un segundo, vimos rodar a la Nanis muchos metros, la atropelló una motoneta amarilla. Quedamos congelados, en mi cabeza de inmediato comenzaron los rezos, apreté los ojos con fuerza y repetía una y otra vez: ¡que no esté casi muerta!, ¡que no esté casi muerta! A temprana edad desmentimos el primer milagro que nos fabricó Doña Guillermina Anaya. La Nanis volvió a estar en coma y a estar casi muerta. Nosotros volvimos a sucumbir y Doña Guillermina Anaya comenzó “La Manda.”


La Manda

¡Rapen a esa niña! ¡Vístanla con “las ropas” de Santa Carmelita!, yo se lo prometí porque me cumplió el milagro. Tres años duró La Manda.

La Nanis se vistió tres años con “las ropas” de Santa Carmelita y Doña Guillermina Anaya vigilaba que así fuera, revisaba su cabello y en cuanto crecía unos milímetros ordenaba: rápenla otra vez.

En ese momento, la primera vez que vimos a la Nanis disfrazada de Santa Carmelita, sentimos un fugaz aniquilamiento de nuestra infancia. Aprendimos a defender lo que no comprendíamos. La gente la observaba, los niños eran crueles y preguntaban sobre su ropa y su no-cabello. Sin dar explicaciones, la defendíamos, con todas nuestras fuerzas lográbamos que después de un tiempo su atuendo no importara. Cómo explicar de niño a niño que la Nanis vivía por un “puritito milagro.” Y que ni Dios ni la Virgen lo habían hecho, el milagro lo hizo Doña Guillermina Anaya, nuestra abuela; que gracias a ella La Nanis ya no estaba casi muerta.
¿Cómo explicarle a la Nanis que debía usar ese vestido café que le cubría desde el cuello hasta los tobillos, que cargaría esa cruz blanca en el centro del pecho y que no dejaría crecer su cabello durante tres años? Recuerdo claramente mi sensación y mi necesidad de reclamo, quería enfrentar a mi abuela, siempre quise decirle que a la Nanis nadie le preguntó, que nunca nos había hablado de Santa Carmelita, que ninguno de nosotros sabía quién era y en qué consistió aquel milagro.
Pero fui cobarde, aun sé que se lo debo a la Nanis, nunca pude preguntarle nada a Doña Guillermina Anaya, nunca he dejado de verla hacia arriba.

Me surgían tantas dudas, mi mente pensaba en La Nanis triste y sin cabello; en el estar casi muerta, en Santa Carmelita, en el milagro, en los niños crueles, en el reclamo, en la infancia aniquilada, en el empedrado camino hacia la iglesia, en mi cobardía; pensaba tantas cosas, preguntas que, veinte años después, siguen sin respuesta.
Recuerdo una de las primeras confusiones, experimenté, supongo, una contradicción religiosa; surgió cuando desperté de madrugada, escuche ruidos, lo habitual era que Doña Guillermina Anaya se encontrara lavando trastes o planchando, debieron ser las cuatro o cinco de la mañana. Bajé las escaleras, ella estaba en el comedor limpiando vitrinas, supe que era miércoles pues es cuando baja todas las fotos, todas las copas, todos los recuerditos de bodas y fiestas y limpia todas sus vitrinas. La observé largo rato trabajando, quise ayudar, platicar. Peo fui cobarde, permanecí escondida en la sala verde observando cada movimiento. Cuando terminó, ya estaba amaneciendo. Subió las escaleras y la seguí, entró al cuarto de Jesusa García, abrió el closet y tomo con sus manos la imagen en piedra de un señor gordo, semidesnudo al que le besaba la panza.
En un silencio apresurado volví a la cama. Otra vez pensaba en La Nanis triste y sin cabello; en el estar casi muerta, en Santa Carmelita, en el milagro, en los niños crueles, en el reclamo, en la infancia aniquilada, en el empedrado camino hacia la iglesia, en mi cobardía. Sin el valor de preguntarle quién o qué era esa imagen, baje las escaleras, brincando los últimos cuatro escalones me pare frente al enorme librero de su sala verde y traté de identificar en qué libro podría encontrar a ese señor gordo, semidesnudo al que mi abuela le besaba la panza. Tiempo después descubrí a Buda; descubrí a Doña Guillermina siendo muchas; descubrí la sonrisa limpia de La Nanis aun cuando la manda le fue impuesta. Veinte años después me atrevo a contar muchas infancias, muchos aniquilamientos y el reconocimiento de una manda: Doña Guillermina Anaya somos todas nosotras.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Colectivo CulturaAnimalia





“Porque amante que ama a distancia se protege de la separación mediante la metamorfosis del ser amado real en una serie de imágenes, en un fantasma ideático, que pueda ser amado mentalmente o que pueda ser abandonado en el fondo del inconsciente; de una u otra manera, el ser amado, vuelto mente, se transforma en una especulación del amante, en una pura parte de mente, en un filosofema, acaso, una forma menos dolorosa de distancia, un amor que para experimentar hay que acudir no a otra ciudad, no a otro cuerpo, sino que basta hablar con el propio pensamiento, un amor que se ha vuelto sólo palabras.”

Heriberto Yépez, “El Imperio de la Neomemoria”.

Complicidad en las mañanas.
Por la ventana se filtraba un olor a niebla espesa.
Aire frío desfilaba lento, hasta toparse con el suspiro matutino.
¿Tú?, dormías.
Era como si el deleitar de la noche anterior nos empalmara suaves cansancios.
La fatiga era inexistente.
Éramos cuerpos vestidos de flores.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Cargo un alfabeto dilatado.
Extraño a la "A" en el A-D-entro/A-D-es-tiempo.
Extraño a mi necio alfabeto filosòfico.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Marcha Mundial por los Derechos de los Animales.



El domingo 3 de octubre es el Día Internacional de los Animales (WAD).

En la Ciudad de México, a las 11.00 horas se llevará a cabo una Marcha que partirá del Angel de la Independencia al Zócalo capitalino.
El propósito de una manifestación es mostrar que una parte de la población está a favor de una determinada política, ley, etcétera. Esta acción sí funciona en nuestro país, en donde está comprobado que las últimas manifestaciones multitudinarias han ejercido una presión, sin precedentes, en las autoridades y que se han visto obligadas a mirar hacia lo que demanda la población.
Cada individuo, en una Marcha, es determinante para lograr el objetivo. Evidentemente, en muchas ocasiones, es desvirtuada esta acción por no convenir a diversos intereses.
Queremos hacer de su conocimiento que ya está en espera de que apruebe, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, las siguientes Iniciativas de Ley:
1. Maltrato animal, al código penal.
2. Circos sí, pero sin animales.
3. Prohibir las corridas de toros.
4. Presupuesto para esterilización anual masiva de perros y gatos en las diferentes delegaciones.
5. Los antirrábicos, que se han caracterizado por sus métodos de tortura, se conviertan en Centros de Salud.
6. Prohibir la experimentación con animales vivos en escuelas de nivel medio superior (preparatorias).


Muchas veces no sabemos como contribuir en esta causa y nos sentimos impotentes de no poder hacer nada. Esta es una gran oportunidad para todos los que amamos a los animales, también para los que no los aman tanto, porque sabemos, que por el bién de la sociedad, es indispensable se aprueben leyes que promuevan el respeto a los derechos de los animales.


Debemos superar, en cantidad de manifestantes, las dos últimas Marchas, de no ser así, se estancarán las Iniciativas de Ley. Organicemos a nuestros vecinos, a la familia, a los compañeros de trabajo, a los amigos y no tan amigos… que en cada puerta haya una invitación.
Hágamos de esta Marcha una fiesta y un evento histórico. Mostremos al mundo entero que en México ¡SI SE PUEDE!


Esta invitación llegará a nuestros amigos de otros países y otras ciudades, los animales no tienen fronteras, aunque no podrán asistir, sabemos de antemano que contaremos con la motivación de sus comentarios y la difusión de este mensaje.

martes, 21 de septiembre de 2010

D-es-figura de un sueño de letras.

Ayer soñé que escribía una carta dirigida al norte. En ella contaba tanto y tan poco. Te platicaba de mi mudanza, de mis motivos, de mis causas. Te describía el día que entró el otoño y terminó el verano; el olor a tierra mojada, los colores en el cielo, lo nublado de las tardes, el sabor del café con cardamomo y de mi jardín. Te platicaba de S., de su letra, de lo que me significa. Te mandaba títulos de nuevos y viejos libros, te contaba que fui al teatro pero que no he ido al cine. Que he sentido el cuerpo y también un beso largo que he disfrutado, que tengo un proyecto que me emociona y me retoma. Que te llamé sin pensarlo y que no me arrepiento. Te contaba sobre el gato gris que apareció en otoño, que he ido a la perrera municipal cuatro veces en lo que va del mes. Que Alonso cumple años en cinco días. Que fui al Real y pensé en mi desamor al mismo tiempo que pensaba en ti. Te contaba que disfruto mucho escribirte, que me hace falta. Que la palma de mi mano aun no cierra del todo, que Lilu desapareció y Abraxas murió. Te contaba de mí, de quien ya no quieres saber.

Ayer soñé que iba a correos, pegaba en el sobre una estampilla con destino al norte. Al despertar, no había remitente.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

martes, 14 de septiembre de 2010

Psicoanálisis del Bicentenario

Clave: el día de Independencia es conocido como la ceremonia de “El grito”.

La expresión ha perseverado debido a su carga inconsciente. No es mera conmoración oficial —tiene fuerza popular— ni fiesta prosaica. El grito es un rito.

El g/rito expulsa emociones negativas; es “Grito de Dolores”. Dolores, Hidalgo e inconscientemente, dolor y rabia mezclados.

El g/rito tiene tres funciones: simular festejo; descargar sufrimiento y darnos seguridad elogiando un estado de no-cambio cultural.

Hay un parto —lo que “independencia” señala— pero dificultad. Por eso la rabia.

Cuando se grita “Viva México” se completa “Hijos de su pinche madre”. Una re-afirmación unida al coraje. G/rito ingrato, agrio.

Lo que caracteriza este Bicentenario es insatisfacción e impotencia.

Observado dentro de su ciclo mítico, el g/rito es una etapa de traba, en que la identidad histórica (cambiante) mexicana es un obstáculo para obtener libertad.

El mexicano se ha identificado con la traba. Para aminorar el dolor, la convierte en orgullo. “México” como escudo de fijeza.

El g/rito: “Viva somos-los-mismos”. “200 años orgullosamente mexicanos”, lema oficial. Ser mexicano = estar petrificado.

Por eso se reelegirá al PRI —cuyo impasse está en su nombre y es símbolo inconsciente de anti-fusión—; las fuerzas que constituyen al mexicano están paradas. Atrapados, nos identificamos con el agresor. (Síndrome de Esto-es-el-Colmo).

El Bicentenario es un rito sobre dos procesos que no han podido lograrse: la autonomía psíquica (la “independencia”) y el autosustento (la “revolución”).

Esta circunstancia es compartida por millones debido a circunstancias éticas (valores familiares y religiosos que traban la autonomía psíquica) y sociales (injusticia, ignorancia, corrupción y pobreza). La mexicanidad como impedimento a la libertad.

El Bicentenario consiste en un g/rito defensivo en torno a no poder volvernos Otros.

Si la frustración crece, el g/rito devendrá atentado, llanto; si el g/rito se repite y nada nuevo ocurre, se pasará de la impotencia al total desánimo, a la apatía.

El Bicentenario es denial. Negación a darnos cuenta que lo mexicano está caducando.

Somos una cultura sin voluntad masiva de actualización. Por lo tanto, a pesar del disgusto que causa esta fijeza, la inercia identitaria alaba al ego. Para mantener esa identidad anacrónica fantaseamos que podemos permanecer los mismos. “En México nada va a cambiar”, queja y, a la vez, alivio, deseo.

Lo que el Bicentenario quiere esconder es que los mexicanos ya estamos globalizándonos. Para negar la despedida, el Grito como rito de disfraces retro.

El Bicentenario: Halloween Patriótico para simular que todavía somos los viejos mexicanos.

Viejas máscaras mexicanas, despedazándose, llenas de telarañas.

Heriberto Yépez • Crítico literario, narrador, poeta y traductor. Es autor, entre otros títulos, de El órgano de la risa, Made in Tijuana, Al otro lado y La increíble hazaña de ser mexicano.

S. me hace releer-me/retomar-me.

“Los animales no tienen consciencia, por consiguiente… Por consiguiente ¿qué? ¿Por consiguiente tenemos entera libertad para utilizarlos en provecho de nuestros fines? ¿Por consiguiente somos libres de matarlos? ¿Por qué? ¿qué tiene de especial la forma de consciencia que reconocemos para que matar a quien la tenga sea ... un delito mientras que matar a un animal no merezca castigo alguno?”
J.M. Coetzee

Apoyando la postura de Coetzee un escritor italiano sugirió una propuesta de ley: cualquiera que quiera comer un animal puede hacerlo, pero con una condición: matar él mismo el animal que comerá. “Mate su pollo, su liebre, su pavo; vea correr la sangre, sienta cómo tiembla el cuerpo y cómo se agitan las plumas mientras lo mata. Después cómaselo. ‎¿Y si alguien en vez de pollo o liebre o pavo o conejo prefiere un buen bife? "Bien: hágase el cálculo de cuánto pesa una vaca y de cuánto pesa un bife; calcúlese cuántos bifes deben ser comidos para llegar al peso de una vaca, y después de cien, o mil bifes, que quien los ha comido sea obligado (por ley) a matar su vaca con las propias manos".



"Puede llegar el día en que el resto de la creación animal adquiera esos derechos que nunca se le podrían haber negado de no ser por la acción de la tiranía. Los franceses han descubierto ya que la negrura de la piel no es razón para abandonar sin remedio a un ser humano al capricho de quien le atormenta. Puede que llegue un día en que el número de piernas, la vellosidad de la piel o la terminación del os sacrum sean razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible al mismo destino. ¿Qué otra cosa es la que podría trazar la línea infranqueable? ¿Es
la facultad de la razón, o acaso la facultad del discurso? Un caballo o un perro adulto es sin comparación un animal más racional, y también más sociable, que una criatura humana de un día, una semana o incluso un mes. Pero, aun suponiendo que no fuera así, ¿qué nos esclarecería? No debemos preguntarnos: ¿pueden razonar? , ni tampoco: ¿pueden hablar?, sino: ¿pueden sufrir?."


Bentham

lunes, 13 de septiembre de 2010

Tótems

"Cuando exhortas el poder de un animal, estás pidiendo ser envuelto en armonía completa con la fortaleza de la esencia de esa criatura. Adquirir comprensión de estos hermanos y hermanas es un proceso de curación, y debe ser abordado con humildad e intuición. Ciertos aspectos de las lecciones dadas por estas criaturas han sido elegidos para reflejar las lecciones que cada espíritu necesita aprender en el Buen Camino Rojo. Estas son las lecciones de ser humano, de ser vulnerable y de buscar la totalidad con todo lo que existe. Son parte del camino hacia el Poder. El Poder yace en la sabiduría y la comprensión del papel de uno en el Gran Misterio, y en honrar el hecho de que cada cosa viviente es un Maestro." (Medicine Cards)

ÁGUILA: Espíritu / Valentía
La Medicina de Águila es el Poder del Gran Espíritu. Es el espíritu de la tenacidad. Es el don de la visión clara, con la que verdaderamente se ven las cosas que se miran. Es la paciencia para esperar el momento oportuno. Es vivir en equilibrio con la tierra y los cielos.
Águila te recuerda de tu conexión con el Gran Espíritu. Te avisa que el universo te está presentando la oportunidad de volar por encima de los niveles mundanos de tu vida, o por encima de la sombra de realidades pasadas. Águila te enseña a mirar alto para tocar al Abuelo Sol con tu corazón, a amar la sombra tanto como la luz. Águila te pide que te des el permiso de la libertad, para alcanzar la alegría que tu corazón desea.

GATO: Independencia
La medicina de Gato es independencia, curiosidad, muchas vidas, astucia, curación, la habilidad de luchar al sentirse acorralado, poder ver lo invisible, y la protección. Gato también representa el amor, y puede ayudarnos en la meditación.
Si Gato es tu Animal de Poder, entonces hay magia y misterio en tu vida. Eres independiente y un libre pensador. Probablemente te sientes energetizado por la noche. Optas por quedarte con alguna persona o en alguna situación hasta que te aburre, y entonces te marchas. Tienes un gran talento para organizar eventos y cosas.

LOBO: Enseñanza / Guía hacia lo Sagrado
Los lobos son ferozmente leales a sus parejas y tienen un fuerte sentido de la familia, a la vez que mantienen su individualidad. En las estrellas, Lobo está representado por el Perro, Sirio, que muchas tribus aborígenes consideran ser el hogar de los Antiguos.
Probablemente los lobos son los animales salvajes más incomprendidos. Abundan los cuentos de su sangre fría, a pesar de tener rasgos amigables, sociables e inteligentes. Verdaderamente son espíritus libres, aunque sus manadas son altamente organizadas. Parecen hacer grandes esfuerzos por evitar los enfrentamientos, que raramente son necesarios cuando con un cambio en la postura, un gruñido o una mirada logra exitosamente hacerse entender.
Tradicionalmente, alguien con medicina de Lobo tiene un fuerte sentido de sí mismo y se comunica muy bien mediante cambios sutiles en la inflexión de la voz y los movimientos corporales. A menudo encuentra nuevas soluciones a los problemas, a la vez que proporciona la estabilidad y el apoyo que uno normalmente asocia con una estructura de familia.
La medicina de Lobo incluye el poder de enfrentarse a su propio ciclo con dignidad y valentía, la muerte y el renacimiento, la enseñanza del Espíritu, la guía en los sueños y las meditaciones, el instinto ligado a la inteligencia, los valores sociales y familiares, la astucia sobre el enemigo, la habilidad de pasar desapercibido, la constancia, la destreza de protegerse a sí mismo y a su familia, la habilidad de aprovechar los cambios.

OSO: Introspección
Los osos hibernan en el invierno, lo cual podría explicar su asociación con el "soñar al Gran Espíritu" o la retrospección. La cueva del Oso simboliza el regreso al vientre de la Madre Tierra. También sugiere un fuerte aspecto femenino, de nutrición y protección. Los oseznos, que nacen en la primavera, pueden quedarse hasta siete años con su madre antes de alcanzar la madurez.
La gente con medicina de Oso son autosuficientes, y prefieren pararse en sus propios pies antes que depender de otros. A menudo son considerados soñadores. Muchos han desarrollado la destreza de visualizar cosas nuevas, pero como resultado pueden quedarse atrapados en sus sueños y no progresar mucho en la "realidad despierta".
La medicina de Oso incluye la introspección, la curación, la soledad, la sabiduría, el cambio, la comunicación con el Espíritu, la muerte y renacimiento, la transformación, los viajes astrales, y es una criatura de los sueños, los shamanes y los místicos.

Octubre se pronuncia.

*Lunas de octubre.
*Un gato gris llamado Ananké.
*CocoRosie
*Colectivo
*Llamar al norte.
*Mudanza
*Nuevas letras y el regreso de un cuerpo.

Anda octubre anunciándose, pronunciándose.
Ya no figuras en él.
Por fin te solté y dejaste de dolerme.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Citando vocales/ descubriendo consonantes

A. dijo: "Espero en verdad saberte en otro tiempo, cuando ambos hayamos soltado, cuando la aflicción de esa pérdida que te hace ser otra se vaya. Fue bueno conocerte D. Gracias de nuevo por cambiar mi panorama." "No somos nada, sólo somos dos personas que hablan de ciertas cosas.""¿Cómo olvidarte a ti y al mes de julio y su carga simbólica?"


E. dice: "Tal vez el hábito nostálgico mantenga un equívoco milenario."
"Hay ocasiones en que te leo con un tino tal que deseo desgarrarme las ropas y hacer jirones mis máscaras." "¿Será necesario hablar en tiempo-gerundio, en tiempo-proceso, con tal de no traicionar la precisión?"


S. dice: "Gracias por esta desnudez y por la letra que deletreas en voz bajita: afinándote." "Digamos sí con el cuerpo, virtámonos en el cauce del otro, injertémonos en su canto, fluyamos hacia él desde nuestro tono."


H. dice: "No se pronuncia en el mundo exterior. Pero puede ser que en algun mundo interior, si se escuche. Y eso no significa mas que eso, que la propiedad de la h es no sonar visible-audiblemente, pero es, en su propio silencio. Y esta bien. Cada letra tiene su propia forma de ser. Otra mas silenciosas que otras y TODAS son." "Creo que siempre me has caido estupendamente bien, incluso cuando me has caido algo mal. eres intensa. ironica. interesante. se que podrias (o quiza ya eres) una escritora, pensadora, con algo que dar. no te hagas: escribe. muestralo. mejoralo. sigue el proceso de lo que tienes ya: escritura. goce para ti. para otros." "No seas mujer tradicional. No te acomplejes frente a otros. Asume lo que YA haces. Escribir bien. Sigue, precisamente, trabajar. Ya tienes el fundamento: una relacion intensa con el lenguaje. Si quisieras —he ahi la verdadera pregunta: quieres escribir?— ya tienes lo necesario para lograrlo."

J. dice: "Es fácil que el remolino de la vida(de la rutina) nos lleve y haga de nosotros lo que quiera o nuevamente hay que levantarnos y sobre todo rebelarnos a lo que este estado catatónico nos ha sumergido. Cuando pienso en ti todo un universo de posibilidades se viene a mi mente y deseo conducirme por lugares arriesgados, por lugares prohibidos, ocultos pero tan importantes para mi ser, para mi condición de ser humano, para nuestra condición de seres que no quieren dejar ser avasallados por un destino mediocre o simple. Allá fuera hay una aventura, un cambio, una revolución de esta condición estupefacta de mi cuerpo, de mi alma, quisiera vivirla, quisiera disfrutarla, ¿quisieras tu?."

El sin letra dice: "Con todo ese remolino que traés es como para salir a pensarte."

martes, 7 de septiembre de 2010

de maletas





El Colectivo Cultura Animalia toma sus triques y se muda a Guadalajara.
Gracias a los involucrados, vamos por la ONG.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Recomendando.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Carta de Arthur Rimbaud a Georges Izambard

Estimado señor:

Ya está usted otra vez de profesor. Nos debemos a la sociedad, me tiene usted dicho: forma usted parte del cuerpo docente: anda por el buen carril. — También yo me aplico este principio: hago, con todo cinismo, que me mantengan; estoy desenterrando antiguos imbéciles del colegio: les suelto todo lo bobo, sucio, malo, de palabra o de obra, que soy capaz de inventarme: me pagan en cervezas y en vinos. Stat mater dolorosa, dum pendet filius, — Me debo a la Sociedad, eso es cierto; — y soy yo quien tiene razón. Usted también la tiene, hoy por hoy. En el fondo, usted no ve más que poesía subjetiva en este principio suyo: su obstinación en reincorporarse al establo universitario —¡perdón!— así lo demuestra. Pero no por ella dejará de terminar como uno de esos satisfechos que no han hecho nada, porque nada quisieron hacer. Eso sin tener en cuenta que su poesía subjetiva siempre será horriblemente sosa. Un día, así lo espero, — y otros muchos esperan lo mismo —, veré en ese principio suyo la poesía objetiva: ¡la veré más sinceramente de lo que usted sería capaz! Seré un trabajador: tal es la idea que me frena, cuando las cóleras locas me empujan hacia la batalla de París —¡donde, no obstante, tantos trabajadores siguen muriendo mientras yo le escribo a usted! Trabajar ahora, eso nunca jamás; estoy en huelga. Por el momento, lo que hago es encanallarme todo lo posible. ¿Por qué? Quiero ser poeta y me estoy esforzando en hacerme Vidente: ni va usted a comprender nada, ni apenas si yo sabré expresárselo. Ello consiste en alcanzar lo desconocido por el desarreglo de todos los sentidos. Los padecimientos son enormes, pero hay que ser fuerte, que haber nacido poeta, y yo me he dado cuenta de que soy poeta. No es en modo alguno culpa mía. Nos equivocamos al decir: yo pienso: deberíamos decir me piensan. — Perdón por el juego de palabras.

YO es otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín, ¡y mofa contra los inconscientes, que pontifican sobre lo que ignoran por completo!
Usted para mí no es Docente. Le regalo esto: ¿puede calificarse de sátira, como usted diría? ¿Puede calificarse de poesía?

Es fantasía, siempre. — Pero, se lo suplico, no subraye ni con lápiz, ni demasiado con el pensamiento.


Charleville, [13] mayo 1871

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